viernes, 25 de enero de 2013

Un guiño a De Niro


Robert De Niro ha vuelto a las nominaciones para las premiaciones, incluso es candidato al Óscar como mejor actor de reparto, lo que me alegra. Mucho. Por él, pero también por mí. Porque significa que ha vuelto a cometer otra tropelía excepcional. 

Que De Niro es uno de los mejores actores de la historia de la humanidad ya no hay quien lo discuta. Su actuación promedio es alta para cualquiera. Se dice que un actor podría vender el alma al diablo para lograr una actuación promedio de De Niro, así que, insisto, si vuelve a ser propuesto para premios es porque ha vuelto a superarse a sí mismo. La película (El lado bueno de las cosas / Silver linings playbook) se estrenará la semana que viene, pero yo ya la vi y doy fe que es así. 

En un momento, De Niro debe ver una pareja en un concurso de baile y la pareja hace varios ritmos y termina haciendo Río de luna. Y ahí está el guiño. Río de luna es el tema de Muñequita de lujo (Breakafast at Tiffany’s, Blake Edwards, 1961) “casualmente” la o una de las películas favoritas de De Niro. 

Love you, Bobby!

viernes, 18 de enero de 2013

Envejecer es difícil

Nos sentamos en el cine, se apagan las luces y nos someten al IN-TER-MI-NA-BLE festival de colas (ahora es moderno decirles “trailers”, ma vaffanculo) de los próximos estrenos. Nos dan una que corresponde a S.O.S. familia en apuros, una comedia yanqui de fórmula con al menos un chiste bueno. Pero lo que apabulla y espanta es lo siguiente. Ese señor de cara hinchada, labios rígidos y con menos expresión que un cactus, ¿es Billy Crystal? Esa señora que parece llevar una careta de cartón piedra mal hecha de Miss Piggy, ¿es Bette Midler? Sí y sí. Cielo santo, hasta Viktor Frankenstein les hubiera tenido más piedad.
 


A las muchas cosas buenas de las que estamos a la vanguardia, habría que sumarle la cirugía plástica. Todas las estrellas locales que pasaron una o varias veces por el bisturí quedaron iguales o mejor que antes. Ningún cirujano argentino les  propinó la impericia y la maldad que sus colegas yanquis le hicieron a los pobres Bette y Billy.
 


Habiendo caído en cuenta de la ventaja que se nos ofrece, ya me pongo a ahorrar y a pedir turno. Si además pudiera pedir cara, no hay ningún misterio conmigo, elegiría la de Jean Paul Belmondo. Joven, claro. Aunque tengo tanta suerte que sin duda quedaría como Al Pacino ahora. “Arreglado” también por algún carnicero, perdón, cirujano plástico.
 


¡Viva Robert De Niro, carajo! Porque envejece con dignidad. El gran Bobby sigue siendo mi modelo de actor y un ejemplo a seguir.

viernes, 11 de enero de 2013

De astros y mortales



Los astros y las estrellas de cine son seres privilegiados que despiertan la admiración o la envidia del resto de los mortales. Les pagan una fortuna por su trabajo, se les abren todas las puertas y están exentos de las pequeñas torturas que emponzoñan al resto de los mortales, cosas tales como hacer trámites, planchar o apurarse porque cierra el súper.
 

A cambio de tales privilegios, se les pide que envejezcan bien y que luzcan siempre espléndidos. Con toda la ayuda posible, claro. Viven a dieta, pero si se cansan de comer liviano, les diseñan menús con pescados, frutas y vegetales exóticos. Hacen gimnasia, pero si se aburren les ponen un entrenador personal para que prácticamente sude por ellos.
 

Pero a veces se rebelan, no mueven un dedo, se comen hasta los manteles y cubiertos y se olvidan de los masajes capilares. Entonces se ponen viejos, gordos y pelados. El resto de los mortales sonríe con satisfacción y no los envidia tanto. Porque por un rato al menos, son gordos, viejos y pelados… como nosotros.
 

Jude Law un verano que se cuidó y Jude Law un verano que se descuidó

Paréntesis


La primera foto corresponde a una siesta de enero de 2012. En el living, sobre un colchón inflable, bajo el ventilador de techo, Perrito duerme y yo me memorizo la letra de un espectáculo que al final no hice (Como diría la poetisa Britney: Oops, I did it again!) 

La segunda foto es el último día del 2012, el inefable Perrito y su protector humano van camino de ver los muñecos de fin de año. 

En el medio, incontables clases, un sinnúmero de traducciones, o sea mucho, mucho trabajo; algo de diversión también, pero más trabajo que diversión. En el caso de Perrito, la ecuación es inversa, más diversión que trabajo. Qué se le va a hacer, vida de pobre, que le dicen. Vida de perro, que le dicen.

martes, 8 de enero de 2013

Y vivieron felices

Hubo una vez una película que se llamó C’era una volta o La belle et le cavalier o More than a miracle o Siempre hay una mujer o como la conocí yo: Y vivieron felices.  

Hubo una vez un año, 1967, en que Francesco Rosi dirigió esta película tan rebautizada.
 


Hubo una vez una actriz que es una de las más bellas que pisó esta Tierra y que me lo discuta quién pueda: Sophia Loren.
 


Hubo una vez un príncipe para esa película y para esa actriz. Un hombre por el que suspiraron hasta las piedras cuando era joven. Un egipcio que va por la vida con el nombre de Omar Sharif.
 


Hubo una vez una actriz mejicana que fue tan pero tan bella que ni las crueles nieves del tiempo opacaron su belleza, Dolores del Río.
 


Hubo una vez en que los tres se juntaron en el año citado, con el director citado,  en la película citada e hicieron que el tiempo se detuviera y viviera para siempre. Porque un cuento que perdura es presente y eterno.
 


Hubo una tarde en que bajé  esta película de internet y volví a verla. La copia no era buena, pero los recuerdos y el original que los provocaban sí lo eran.
 


Hubo una vez en que fui niño y crédulo, hubo otra vez en que no lo fui. Aunque en ambas veces, el mismo cuento me despertó las mismas ganas de sonreír y de disfrutar.
 


Hubo una vez una historia de amor que era un cuento de hadas como lo son todas las historias de amor.

Diamonds are the girl's best friend

Nicole pasando a la historia y a la gloria del cine en Moulin Rouge